¿Se puede superar una infidelidad?

La infidelidad suele ser uno de los problemas principales que pueden afrontar las parejas. La vida en común suele ser una negociación continua y es lógico que pueda haber malentendidos y discusiones, pero cuando nos encontramos ante el hecho de que nuestra pareja ha compartido con otra persona un espacio de intimidad (en la medida que sea) nos podemos sentir bloqueados y sin saber qué hacer. Los sentimientos de rabia hacia el otro, la sensación de traición y la deslealtad nos invaden y podemos entrar en un círculo vicioso en el que la relación quede parada porque no lo queremos dejar pasar, pero tampoco queremos estar mal. Muchas veces las mismas ideas se presentan una y otra vez en nuestra mente:

  • ¿Tengo que ‘lanzar por la borda’ toda una vida o mi familia por esto?
  • ¿Puedo llegar a perdonar esto y volver a tener una pareja feliz?
  • ¿Podré volver a confiar en mi pareja? ¿Lo volverá a hacer?

Infidelidad

Con frecuencia aparecen preguntas que pueden llevarnos a sentir celos, inseguridad y a buscar venganza. No tenemos por qué sentirnos culpables por eso, pero tenemos que saber cómo gestionar estos sentimientos para no hacernos más daño o empeorar las cosas. También es contraproducente mirar hacia otro lado y negar la evidencia. Reconocer lo que está pasando, tener respeto por nuestros sentimientos y buscar una manera de solucionarlo es el camino adecuado a largo plazo.

No hay respuesta para todo el mundo. Es lógico que cuando nos han herido nos sintamos tristes, rabiosos y con desesperanza hacia el futuro, pero eso no quiere decir que no se pueda superar una infidelidad. Hacer una terapia de pareja nos puede ayudar a analizar la situación, reparar los daños y las heridas y plantearnos un camino hacia la reconciliación. No podemos aferrarnos a la idea de que no se puede arreglar ni tampoco a la contraria. La cuestión más importante para superarlo es centrarnos en sanar nuestros pensamientos y reconciliarnos con esa persona que ha compartido tanto de nuestra vida, tanto si rompemos como si no. Es un proceso por nuestro propio bien y el de nuestros hijos y familia. Ir a terapia nos ayudará, si queremos, a superarlo juntos o separados.

El amor no siempre es romántico

“Con lo buena que soy, todo lo que he hecho por él y lo bien que me he portado ¿no podía enamorarse?” Y la pregunta no era retórica, realmente quería saber por qué. No lo sé, nadie lo sabe. Es curioso que haya personas suficientemente ‘románticas’ como para creer que el amor lo puede todo y no entiendan que no comprende de normas. Los sentimientos claro que surgen de experiencias compartidas, pero la primera llama que enciende la emoción no es lógica o racional. En el caso del enamoramiento es prácticamente química.

Cuando alguien se hace este tipo de preguntas, si tiene un problema con las relaciones, tiene un problema consigo mismo ¿Para qué tanto dolor? Una autoestima firme sabe cuándo ya ha sido suficiente, cuando la inversión merece o no la pena. No te quiere, posiblemente se lo pierda, es su elección. Pregúntate por qué has hecho tú la tuya ¿Por qué le quieres?

Ruptura pareja

– ¿Diferencias la humillación del altruismo?

– ¿Reconoces lo que te mereces y lo que no te mereces?

– ¿Quieres competir o compartir? ¿La relación es un reto?

Una parte muy importante de saber si tienes relaciones sanas es saber si te están haciendo crecer o empequeñecerte. Cuando estar con alguien (en las formas diversas que esto puede ser) te produce ansiedad, obsesión, celos, crisis de tristeza, accesos de ira y angustia quizá necesites reformular el significado del amor en tu diccionario. Sería adecuado que pusiera algo como esto:

Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos complementa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

Libertad amor

Esto dice el diccionario. Todo lo demás está basado en una creencia bastante extendida desde el Romanticismo (S.XVIII). En su época, cuanto más imposible y desdichado era un amor, mejor. La gente tenía otras costumbres y normas sociales. Pero estamos en el XXI y el amor es libre. Si no te hace sentir libre, lo siento, pero no es amor.