Año nuevo, emociones actualizadas

Hoy quería compartir con vosotros uno de los regalos que he recibido esta Navidad. Se trata de un libro, en apariencia para niños, que puede resultar muy útil para todos los públicos. Se titula “Emocionario. Di lo que sientes” y se trata de un libro ilustrado en el que hay breves explicaciones de estados emocionales acompañados de su representación. No es una novedad editorial, ya que hace años que está en las librerías, pero ahora he tenido ocasión de leerlo y me ha parecido de lo más interesante.

Busca relacionar los distintos sentimientos de modo que no se expliquen como algo aislado, sino como una evolución constante. En algunas ocasiones podemos sentir lo difícil que es afrontar los sentimientos ajenos, y esto puede ser el resultado del desconocimiento de los propios o poca destreza para manejarlos.

Tener una buena gestión de la inteligencia emocional desde la infancia es clave para que nuestra vida sea más plena y consciente. Recibir apoyos de este tipo en la educación es fundamental. Recomiendo también que nuestro niño interior le eche un vistazo a este libro, no sólo porque es precioso sino porque puede sorprendernos en muchos aspectos.

Y para aumentar el vocabulario de la experiencia emocional, me gustaría ampliar con nuevos estados de los que he conocido el nombre recientemente, para que veáis que lo que nos parece que sólo nos pasa a nosotros, puede ser mucho más universal. Puede que estas fiestas hayan removido alguno de los dos. Allá va:

Exulansis: Cuando sientes que aunque intentas compartir algo importante para ti, los otros no entienden o se identifican con lo que hablas. Esto puede ser frustrante y quizá renuncias a seguir hablando al respecto.

Liberosis: Deseo de que las cosas nos importen menos, de tener menos responsabilidades, como cuando éramos niños y no teníamos preocupaciones. Nos gustaría recuperar de nuevo esa sensación.

Emocionario. Cristina Nuñez, Rafael Romero (2013) Ed. Palabras aladas

Ser una buena chica…

“Eso no es de buena niña. Las buenas chicas no hacen eso”. ¿Y los niños? Les suelo preguntar yo. Pero eso es otra cosa. Niño bueno no significa lo mismo que niña buena, ni tiene el mismo valor, incluso hoy en día que ya somos todos ‘igualitarios’.

Me ha sorprendido cuando he estado con grupos de adolescentes que hayan absorbido tan rápidamente roles y clichés tan antiguos de una forma tan natural. Se supone que ya son del siglo XXI, ‘gente del futuro’, y algunos son más antiguos que mi propia abuela. Algo no se está haciendo bien, o no lo transmitimos de la forma adecuada. O igual es que no nos lo creemos de verdad… Hay muchas mujeres que cuando tienen que hablar de sí mismas se describen como actuales, que no soportan el machismo y se quejan de la faltad de igualdad. Pueden ser incluso legítimamente críticas con la forma en que las han educado. Y sin embargo dicen que siempre ‘han sido buenas chicas’.

Buenas chicas

No tendría por qué ser algo malo si no analizamos lo que realmente quiere decir. Muchas veces ser «buenas chicas» es sinónimo de dócil, complaciente, que rehuye el conflicto, incluso que debe tragarse sus sentimientos para comprender a los demás. Cumple con lo que se supone que tiene que hacer para no dar que hablar.

Muchas mujeres consultan por problemas del estado de ánimo, ansiedad o insatisfacción con su vida, aunque lo han hecho ‘todo bien’. ‘¿Qué he hecho mal? ¡si he cumplido con todo!’ Hay mucha frustración y rabia detrás del sacrificio de los propios sentimientos por hacer ‘lo correcto o lo que se espera’, sobre todo si se genera la ilusión de que hay una especie de justicia que va a reconocer tu esfuerzo. Es un chasco comprobar que normalmente no es así. Creo que no es cuestión de preguntarse qué tenías que hacer, sino si lo has hecho por ti, si lo que haces de verdad te satisface, si era tu elección o la de los demás. A qué has renunciado por miedo a que te critiquen o te rechacen. En el camino de ser ‘buena niña’ hay grandes renuncias que no son conscientes y se transforman en malestares o formas de actuar de las que luego no nos sentimos satisfechas de verdad.

Mark Twain

Descubrí un libro que me hizo pensar en este tema y me parece interesante compartir aquí. Se titula “Consejos para las niñas buenas” de Mark Twain, un cuento infantil (con reflexiones muy adultas) sobre el rol de las mujeres en la sociedad. Curiosa reflexión que ya se hacía hace dos siglos. Os dejo un párrafo lleno de ironía y buen humor 😊

Consejos para niñas pequeñas:

«Si tu madre te pide que hagas algo, no está bien decirle que no. Es preferible y más conveniente darle a entender que harás lo que te ordena, y después proceder con discreción según los dictados de tu sabio criterio».

Conecta con tu creatividad

Las vacaciones de verano suelen ser las más largas del año y normalmente las que nos dan más espacio para hacer planes. Además de aprovechar para descansar, bajar el ritmo y recuperar pilas, puede ser un buen momento para repasar, hacer resumen del ‘curso’ y aprovechar para probar nuevas actividades. Además de hacer más deporte, estar al aire libre y conocer algún sitio nuevo, es saludable guardar un espacio para la reflexión personal y repaso de objetivos. Sin estrés, sin prisas, sin un horario fijo y establecido, es positivo realizar actividades diferentes a las habituales para estar en contacto con la creatividad.

Creatividad

La creatividad no es sólo saber pintar o hacer manualidades. La creatividad es la capacidad que tenemos de crear soluciones para los problemas cotidianos. Aunque no lo parezca, mientras estás realizando una actividad como pintar, escribir, hacer algún juego con niños o adultos, probar cursos de actividades al aire libre, etc., estás movilizando un aparte de tu cerebro que crecerá y estará más activa para hacerla funcionar en otros ámbitos de tu vida. Está demostrado que las personas que trabajan su creatividad son más optimistas y tienen más confianza en sí mismos para superar las dificultades.

Así que piensa en algo que quizá no hayas hecho antes, puede ser algo sencillo, no es necesario que hagas una gran inversión de tiempo o de dinero, y anímate a poner a prueba tus capacidades. Mantendrás tu mente despierta, más joven y ágil, y puede que encuentres una nueva afición que no imaginabas.

Por si te sirve de inspiración, te recomiendo este libro: Explórate a través del arte.

explorate a traves del arte

Es un cuaderno sencillo de actividades artísticas, breves, sencillas y de bajo coste, con las que puedes experimentar solo o acompañado de niños o adultos. Disfruta de tu tiempo libre.

KINTSUKUROI- El arte de curar heridas emocionales

Y después de la última lectura recomendada –Ikigai- el siguiente título inspirado en la filosofía de vida japonesa también me ha parecido muy interesante, complementario y con el mismo aire optimista y práctico.

El Kintsukoroi es un arte japonés que consiste en recomponer la cerámica rota con oro y plata. En la cultura nipona se realza el hecho de que la pieza ha tenido anteriormente una herida y ahora vuelve a estar entera. Algo que en nuestra cultura resulta chocante, ya que las cosas se desprecian en cuanto pasan de moda, no necesitan ni romperse.

kintsukoroi-heridas-emocionales

Siguiendo esta filosofía oriental, Tomás Navarro nos da una serie de pautas y consejos para sobrellevar las heridas que nos provocan las dificultades de la vida. Ofrece un camino de aceptación y reconstrucción con herramientas que nos ayudan a reponernos de las adversidades siendo más fuertes y, por qué no, más bellos.

Puede que por dentro no se vea el oro o la plata, pero podremos notar el valor de un buen trabajo de reconstrucción interior cuando se hace de forma consciente y siendo realista y práctico. A mí me ha resultado una lectura muy inspiradora. Confío que también pueda ayudarte a ti.

kintsukoroi -curar heridas

Ikigai: el secreto de Japón para una vida larga y feliz

Sugerencia para las vacaciones que ya mismo empiezan: una lectura inspiradora, tierna y llena de sentido común. Ikigai es un libro que va más allá de la autoayuda, es una filosofía de vida y una reflexión lenta en un mundo rápido.

Francesc Miralles y Héctor García hacen una reflexión sobre el sentido de la vida a través de los hábitos y costumbres de la milenaria cultura japonesa, sobretodo de la población de Ogimi, una de las que cuenta con la población más longeva (¡y feliz!) del mundo.

Ikigai

Toda la reflexión gira alrededor del concepto ikigai, un término japonés que se puede traducir como el motivo de tu vida para existir. El simple hecho de que en nuestra lengua no hay una palabra que pueda traducirla ya es motivo de reflexión ¿Le damos suficiente importancia a llevar una vida armónica? ¿Vivimos en el camino de la felicidad personal?

Recomiendo esta lectura a cualquier lector que quiera pasar un rato agradable dándole un poco a las neuronas. Pero sobretodo para aquellos que hayan perdido algo de fuerza en este momento de su vida o los que puedan sentirse perdidos. A veces lo más obvio es lo que menos cultivamos. Así que recordemos cuidar siempre de las cosas pequeñas de la vida.

ikigai