“Lo esencial es invisible a los ojos”
Pero no a los del corazón. Todo lo que podamos escribir sobre el conocido cuento de Saint-Exupéry (Le Petit Prince, 1943) sería repetir lo que cualquiera que haya leído el libro puede ver. Este autor tuvo la capacidad de escribir sobre la naturaleza humana de manera tan sencilla y franca que conmueve.
Por eso hoy quería hablar sobre la película recientemente estrenada. Aunque de entrada podemos ser recelosos de la adaptación que se puede hacer de un libro, sobretodo de un icono como éste, por lo menos para mí ha sido una grata sorpresa. Más allá del hermoso mensaje de inocencia y libertad del pequeño príncipe, creo que es un acierto cómo han presentado la historia en un mundo actual, y como muestran un mensaje que nos pasa de manera subliminal en nuestra vida: ¿quieres ser útil o quieres ser feliz?
Un canto existencialista, una llamada de atención hacia lo que a veces es una huida hacia delante entre obligaciones auto-impuestas y la desconexión de nuestros sentimientos, de nuestra esencia. Un mensaje tan hablado con frecuencia cómo es el de ser no es hacer.
Recomiendo a todos los públicos acercarse a ver esta versión del clásico, no sólo porque es visualmente preciosa sino porque es una invitación a conectar con el niño que fuimos y que ahí, en el fondo, todavía somos. Date un paseo hasta el cine con tu pequeño yo y deja que te recuerde que es lo que te emociona de verdad. Creo que no te arrepentirás.
“Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó.”