¿Por qué sacrificio y amor deben compartir nuestras relaciones? Nuestra sociedad nos hace creer desde muy temprana edad que querer a alguien es renunciar y sufrir, porque si es fácil no es amor. Crecemos sin cuestionarnos nada al respecto, rodeados de películas, canciones y mitos que nos refuerzan la idea de que tenemos que adaptarnos a la pareja, dejar nuestra vida anterior a conocerla y priorizarla por encima de todo, como si ya no pudiéramos ser si no está. Pero esto no es necesario ni sano, hay otras cosas que tendríamos que valorar:
– Amor y fusión no son la misma cosa. La fusión supone perder la propia forma y no es necesario para querer a alguien.
– Amar es respetar. Te querrán por lo que eres no por la idea que tengan en su mente de cómo debes ser.
– La intimidad no es negociable. Eres dueño/a de tus pensamientos, sentimientos, ideas y acciones.
– El control no es amor, es una muestra de celos y los celos no son sanos.
– No se trata de decir si no de hacer. El amor se nota en el comportamiento cotidiano no en las muestras arrebatadas esporádicas.
– Se puede querer mucho, muchísimo y querer mal. No es incompatible.
– El amor se elige todos los días. Es elegir quedarse. No hay necesidad de continuas muestras y pruebas ‘de fuego’, ni demostraciones límite.
Pero sobre todas las cosas, la más importante es sentirse conforme y coherente estés en la relación que estés. No es cuestión de enjuiciar la relación, sino elegir libremente sin adoctrinamiento y con reflexión. Revisa cómo estás en tu relación y date un minuto para respirar y sentir que responde tu cuerpo. No debe haber obligaciones ni castigos. Asegúrate que estás justo dónde sientes que quieres estar.