Los consejos sentimentales suelen ser como los ombligos, todos tenemos y nos sirven para poco. Cuando nos encontramos incómodos en una relación, empezamos a tener comportamientos para demostrarlo que muchas veces ayudan a dejar salir nuestra frustración pero ayudan poco a mejorar la situación. A causa de creencias sobre el amor, nos empezamos a frustrar, e iniciamos una espiral de discusiones y situaciones que sólo contribuyen a que estemos cada vez peor. Quizá puedas reconocerte o reconocer a alguien entre las siguientes soluciones que toman algunos/as cuando empiezan a sentir la crisis del amor:
– Procura discutir siempre cuando veas que tu pareja está de mal humor, ha tenido un mal día o está especialmente cansado/a. Estará muy receptivo/a y abierto/a a compartir ‘opiniones’.
– Aprovecha cualquier situación para incluir un comentario irónico y punzante que demuestre tu rencor, sobretodo en público.
– Una vez hayas empezado a discutir, aprovecha la ocasión para sacar todos los temas por los que te sientes molesto/a en los últimos meses.
– Recuerda constantemente a tu pareja lo que ya le habías ‘perdonado’.

– No olvides remarcar sus defectos y darle repetidamente consejos sobre cómo cambiarlos. No le recuerdes lo que hace bien (porque eso ya lo sabe)
– Espera algo de él/ella pero no se lo pidas. Aguarda pacientemente a que se equivoque y hazle reproches por decepcionarte.
– Confía una y otra vez en que aprenderá a leerte el pensamiento a base de broncas. Todo el mundo sabe que es más útil que hablar abiertamente de tus deseos y necesidades.
– Ante todo, jamás des un paso atrás o reconozcas tus errores. Ganar todas las discusiones es imprescindible, no bajes la guardia y tómalo todo como una batalla.
Un consejo quizá no es algo muy útil, así que solo te animo a la reflexión acerca de estos ‘tips’ que definitivamente acaban minando una pareja.
Durante este periodo vacacional, en el que seguramente pasarás más tiempo con tu pareja, considera si hay algo de esta lista que puedas revisar para darle (y daros) un regalo duradero y enriquecedor: una relación más sana.
